Aún recuerdo cuando era pequeño... me pintaste la cara y me frotaste con la piedra pomez, fue nuestro primer momento de complicidad, tengo señalado en mi cabeza una marca provocada por tu torpeza... pero aún así te perdono, tú me has enseñado todo, me enseñaste que uno tenía que ir a la universidad para ser un poco más tolerante... para respetar las demás ideas... me enseñaste amar la música, hacer que cada nota que tocará llorará el piano... me enseñaste una melodía que por desgracia ó suerte ha sido la melodía de mi vida... The Piano... el Adagio de Albinoni.. jamás he visto a alguien sentir tanto una música... por no hablar de nuestras cartas que nos mandábamos cuando veíamos que no eramos capaces de volar... y tú volaste y fuíste lo que quisiste y podías haberte olvidado de mí pero ahí estas siempre, con tus palabras, con tu forma de ser recordándome que aún puedo volar como lo hiciste tú. Recuerdo perfectamente verte llorar, verte sufrir, verte estudiar, recuerdo cada instante de mi vida a tu lado, y sinceramente no lo cambiaría por nada.
DEDICADO A ALGUIEN QUE PERTENECE EN MI VIDA DESDE QUE NACÍ, y que fue la inventora de Gavilán Blanco.
Releo tus palabras, y tiemblo sólo de pensar que me recuerdas con tanto cariño.
ResponderEliminarGracias a tí por escucharme y por aprender todo lo que te enseñé. Eres tú el que me enseñas ahora cada día que te leo que la semilla está dando un hermoso fruto.
Te enseñé todo lo que pude, el resto lo hizo lo vida.
Ahora te leo, y me emociono. El aprendiz vuela más alto que la maestra.
Recuerda que se puede vivir de un sueño. Que todo es posible y que sólo tienes que creer en él para alcanzarlo.
PD. Perdóname por lo de la piedra pómez.
Gracias por leerme pequeña Julieta, espero algún día poder llegar a volar a tu lado. Un beso, esta perdonado desde hace mucho, yo no guardo rencor por ello, además eramos pequeños, inconscientes e inocentes. Un beso.
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