Tus lágrimas inundaban tu cara cuando te conocí, quizás fue pena, compasión ó simplemente ser persona pero no podía dejarte ahí, y mirar para otro lado, no te conocía de nada, ni siquiera sabía tu nombre pero pensé que me necesitabas, que necesitabas que alguien parará su vida un instante y te dijera: ¿qué te pasa? ¿estas bien?, no sé que fue que nos hizo estar un buen rato hablando, disfrutando de lo que me decías, intentando que sonrieras, que dejaras de preocuparte por un instante en tu sufrimiento, en la forma de acabar con tu vida. Si la vida es maravillosa! lo único que no es, es fácil, y no sabemos apreciar los pequeños detalles, tenemos todo en cada instante para ser felices, nos ha tocado ser los privilegiados que tienen una casa, una cama, un plato caliente donde comer y unos amigos que sean como sean siempre nos sacan una sonrisa, que forman parte de nuestro mundo, de nuestra vida y somos lo que somos gracias a toda la gente que nos rodea.
Desde aquí, desde mi pequeño espacio, espero que se te sequen las lágrimas, creo que jamás leerás esto, pero era mi pequeño y último aliento para que empezaras de nuevo a ser feliz, ÁNIMO.
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